miércoles, julio 9
La prepotencia de Castedo
El día 3 de julio leía atónita en este diario unas declaraciones de la edil Sonia Castedo sobre su decisión de no permitir la entrada a una reunión sobre el soterramiento de las vías del tren al señor Jorge Espí, porque esconcejal socialista y, al parecer, podía ejercer la crítica. Sin entrar en el tema de la reunión -aunque quiero transmitir a los representantes del Gobierno de España mi convicción de que el voto progresista y de izquierda en esta ciudad llevaba implícito un «no» al urbanismo depredador que ha asolado nuestro municipio y Comunidad en los últimos años, y que preferimos un «pequeñito Central Park» a una «pequeña Manhattan», que ya tenemos el Plan Rabasa-, me gustaría recordarle a la edil que el concejal Espí representa a una amplia mayoría de ciudadanos de Alicante, porque lo cierto es que ustedes ganaron las elecciones por un escaso margen. El desplante, por tanto, nos lo hace a miles de alicantinos. Y el Ayuntamiento y la Gerencia de Urbanismo no son, ni deben ser nunca, «el patio de mi casa es particular», sino que son de Alicante y de sus ciudadanos, a través de nuestros representantes -todos- elegidos democráticamente. Recordarle, también, que la crítica y el debate están al servicio de aquello que debe ser el fin último de una buena Administración municipal: construir la mejor ciudad posible. La prevención a la crítica de la oposición municipal sólo es comprensible desde la endeblez de argumentos o desde actitudes de cierta prepotencia que, en política, siempre acaban pasando factura y que, por desgracia, nos hacen recordar aquellos tiempos de dictadura, superados pero no olvidados por la memoria histórica, en los que no existía la crítica de oposición, simplemente porque ésta no podía tener representación política institucional. Rosa Ana Gutiérrez Lloret
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