miércoles, mayo 27

El Parque Lo Morant es el simbolo de una politica de escaparate la del PP que no funciona.


El concejal socialista Jorge Espí incide que con un único agente de la Policía Local que trabaja y sólo por las mañanas no se puede solucionar. «Se ha demostrado que continúa la inseguridad, los vecinos no han notado la diferencia y ni siquiera el policía tiene aire acondicionado», lamenta.
Fuegos artificiales

Espí considera que el equipo de gobierno «hace una política de fuegos artificiales en la que anuncian que van a hacer, pero no hacen nada». Y critica que sí había policías el sábado 9 de mayo cuando se disparó una mascletà en la que lamenta «no había nadie, como mucho 100 personas. Hicieron un disparo de espaldas a la gente».

El parque Lo Morant amanece cada fin de semana con algún destrozo y, según comentan quienes trabajan allí y quienes habitualmente lo utilizan, se ha agudizado en los últimos meses. Ayer, entre las cosas rotas o desaparecidas, le tocó el turno a la recoleta biblioteca municipal, que se ha quedado, al menos durante un tiempo, sin aire acondicionado. Los dos equipos que están en el techo fueron desgajados y uno amaneció en el suelo, mientras que el otro está colgado y amenaza con caerse en cualquier momento.
El agente de la Policía Local que vigila el parque, sólo por las mañanas, ayudó a un operario de la Concejalía de Atención Urbana, que acudió para balizar la zona y evitar que nadie pase por el sitio donde está el aparato, a punto de caerse. No lo pudo quitar porque necesitaba ayuda. A continuación tendrá que descubrir si se puede utilizar de nuevo o el motor también está dañado. La sala de lectura está junto a la que fue una cafetería que actualmente está tapiada, ya que su cristalera sufría continuas roturas y era un peligro mantenerla.
Este antiguo bar del que sólo conserva el rótulo, lleno de pintadas, también padeció hace tiempo un incendio y aún se aprecia en el toldo del establecimiento. Hace más de un año que los usuarios carecen de un servicio de restauración para refrescarse y descansar en un entorno idílico de Alicante: es el parque, tras el del Pau 5, más grande de la ciudad, lleno de árboles, de sendas para pasear, juegos para niños, zona de deportes... «Cuesta mucho de mantener, yo veo cómo trabajan a diario los jardineros y están siempre haciendo cosas, pero se las destrozan y vuelta e empezar», comenta un usuario habitual en su tercera vuelta por el parque. Los aseos públicos que hay junto a la biblioteca no funcionan. Hace unos días les han colocado unas puertas nuevas, pero como están cerrados con llave y nadie sabe quién la tiene no se puede entrar. Algunas personas comentan que nada más construir los aseos «se llevaron los grifos, los lavabos, los marcos de las puertas...».
Un matrimonio que vive en la zona comenta que «es una pena, lo que se gastaron aquí para que estén siempre rompiéndolo», y reclaman, como el resto de usuarios, y los trabajadores que haya vigilancia por las tardes. La mujer suele caminar a diario «porque se lo ha mandado el médico», apunta el marido, y ella reconoce que por las tardes «voy con mil ojos y a veces me salgo si veo cosas raras porque hay tirones y robos».
La joven que atiende la biblioteca, que por las tardes no funciona por motivos de seguridad, reconoce que han sufrido continuos actos de vandalismo, y da fe el borrón que hay junto al cartel de la biblioteca de lo que fue un grafitti. A la entrada, el cartel también ha sido tumbado, como si se quisiera doblegar en el parque todo lo que pretende dar un aspecto de normalidad.
Siete jardineros
De un vistazo general nadie diría que en el parque se roban y se destrozan las plantas. Pero ocurre casi a diario. Los jardineros que trabajan allí, siete personas cada día, lo corroboran. Y admiten que es una situación frustrante.
Desde hace una semana se ha vallado la zona central del parque para dejar que el césped crezca, ya que los continuos partidos de fútbol que se disputan lo han dejado pelado. Y ayer buena parte de las vallas aparecían tiradas por el suelo: «Sí, el viento», ironizaba una de las jardineras mientras las volvía a colocar en su sitio.
En Lo Morant, el trabajo siempre es extra porque lo que un día se hace al día siguiente, casi siempre, toca rehacerlo. Tampoco se ha librado el retén policial, donde el aparato de aire acondicionado también amaneció un día desgajado y con lod¡s cables colgando. Este fin de semana, los gamberros han subido al tejado del pequeño almacén de los jardineros, ha arrancado la chimenea y se han dedicado a tirar piedras dentro. Algunas papeleras han sido arrancadas de su sitio

4 comentarios:

asier dijo...
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asier dijo...
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Gertru dijo...
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Gertru dijo...
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