Siento la obligación de
reivindicar un servicio que en su momento, inauguraciones varias y populismo
tradicional, se vendió a la sociedad como una de las grandes apuestas
turísticas que el Ayuntamiento de
Alicante ofrecía a los ciudadanos con la magnífica pasarela que atraviesa la
avenida de Juan Bautista Lafora. Puente que daría la bienvenida a todos los
visitantes, propios y extraños que accedan a la ciudad, incluso se concibió, que
dicho pasadero tuviera la facultad, por medio de las nuevas tecnología, de
recibir a los turistas por un proceso de “feedback”
capaz de devolver mensajes a los móviles. Sin embargo, por desdicha para todos,
donde se dijo digo ahora digo diego. Parecía el artefacto más importante que
captar los pasajeros perdidos de Ryanair que tantos millones de euros y de
puestos de trabajo está haciendo perder a los Alicantes.
Por todo lo cual, me voy a
referir al artefacto mecánico (elevador) que debería trasladar a las personas
hasta una terraza superior. Me explicaré: en la avenida donde se desliza la
pasarela que culmina en un ascensor situado en el lugar más próximo al barrio del Raval Roig,
aunque su instalación está terminada, sigue sin funcionar ni trasladar a las
personas que lo precisan a pesar de que
el elevador se sube a los 148.752 €, según el Plan Confianza del Consell, éste
vertiginoso elevador que no podrán disfrutar, de momento, los discapacitados;
vecinos y usuarios para alcanzar el barrio debido a que deberán armarse de plan
confianza con el Ayuntamiento porque hasta un próximo futuro, tal vez, allá por
las calendas de la recuperación. Será cuando puedan hacer uso del ascensor,
cerrado a cal y canto, por grandes razones
burocráticas difundidas por la administración local, pues como todos sabemos
que las cosas de palacio van despacio. ¡Sí!, muy despacio para los usuarios del
elevador.
Esta reivindicación veraniega, expresada
por la ciudad, no me permite abordar las ajadas noticias publicadas sobre la
prima de riegos, segunda intervención, o Nadal no va a la olimpiada. O que los
mercados atenacen con virulencia a nuestra sociedad hasta prohibirlas
operaciones a corto; o que los impuestos crezcan desmesuradamente; o que la CAM,
BANKIA, Banco de Valencia… se encuentren como actualmente están (¿es que están?);
o que las familias busquen auxilio social; o que los ciudadanos se hallen agobiados
por la crisis; o que aquello… O, tal vez esto, que todos sabemos, conocemos y
padecemos los recortes que aplican nuestros respectivos gobiernos para recuperar
la economía del mundo financiero. Éstas medidas desmembradoras y agotadoras
para la sociedad permiten que tenga la sensación de encontrarnos deprimidos con
la redención. Salvación que no llegará, precisamente, a los que tienen que
visitar los auxilios sociales, ni los que atesoran edades comprendidas o superior
a los 55 años; ni a funcionarios que obtienen 963,00 € ─Pues ellos serán los que
pierdan la extra de Navidad. En fin, como
todos sabemos, las cosas de palacio van despacio. ¡Sí!, muy despacio
para los funcionarios que alcancen los 962,1 € mensuales ─Pues
ellos serán los privilegiados ganadores de la soldada extra de Navidad.
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