martes, julio 24

Digo o Diego


Siento la obligación de reivindicar un servicio que en su momento, inauguraciones varias y populismo tradicional, se vendió a la sociedad como una de las grandes apuestas turísticas que el  Ayuntamiento de Alicante ofrecía a los ciudadanos con la magnífica pasarela que atraviesa la avenida de Juan Bautista Lafora. Puente que daría la bienvenida a todos los visitantes, propios y extraños que accedan a la ciudad, incluso se concibió, que dicho pasadero tuviera la facultad, por medio de las nuevas tecnología, de recibir a los turistas por un proceso de “feedback” capaz de devolver mensajes a los móviles. Sin embargo, por desdicha para todos, donde se dijo digo ahora digo diego. Parecía el artefacto más importante que captar los pasajeros perdidos de Ryanair que tantos millones de euros y de puestos de trabajo está haciendo perder a los Alicantes.
Por todo lo cual, me voy a referir al artefacto mecánico (elevador) que debería trasladar a las personas hasta una terraza superior. Me explicaré: en la avenida donde se desliza la pasarela que culmina en un ascensor situado en el  lugar más próximo al barrio del Raval Roig, aunque su instalación está terminada, sigue sin funcionar ni trasladar a las personas que lo precisan a  pesar de que el elevador se sube a los 148.752 €, según el Plan Confianza del Consell, éste vertiginoso elevador que no podrán disfrutar, de momento, los discapacitados; vecinos y usuarios para alcanzar el barrio debido a que deberán armarse de plan confianza con el Ayuntamiento porque hasta un próximo futuro, tal vez, allá por las calendas de la recuperación. Será cuando puedan hacer uso del ascensor, cerrado a cal y canto, por  grandes razones burocráticas difundidas por la administración local, pues como todos sabemos que las cosas de palacio van despacio. ¡Sí!, muy despacio para los usuarios del elevador.
Esta reivindicación veraniega, expresada por la ciudad, no me permite abordar las ajadas noticias publicadas sobre la prima de riegos, segunda intervención, o Nadal no va a la olimpiada. O que los mercados atenacen con virulencia a nuestra sociedad hasta prohibirlas operaciones a corto; o que los impuestos crezcan desmesuradamente; o que la CAM, BANKIA, Banco de Valencia… se encuentren como actualmente están (¿es que están?); o que las familias busquen auxilio social; o que los ciudadanos se hallen agobiados por la crisis; o que aquello… O, tal vez esto, que todos sabemos, conocemos y padecemos los recortes que aplican nuestros respectivos gobiernos para recuperar la economía del mundo financiero. Éstas medidas desmembradoras y agotadoras para la sociedad permiten que tenga la sensación de encontrarnos deprimidos con la redención. Salvación que no llegará, precisamente, a los que tienen que visitar los auxilios sociales, ni los que atesoran edades comprendidas o superior a los 55 años; ni a funcionarios que obtienen 963,00 € ─Pues ellos serán los que pierdan la extra de Navidad. En fin, como  todos sabemos, las cosas de palacio van despacio. ¡Sí!, muy despacio para los funcionarios que alcancen los 962,1 € mensuales ─Pues ellos serán los privilegiados ganadores de la soldada extra de Navidad. 

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