Una
callada por respuesta ha sido lo que ha hecho el aeropuerto de
nuestra ciudad. Hace un par de días AENA debería haber contestado,
positiva o negativamente, o dado alguna explicación a la propuesta
presentada por la aerolínea Ryanair. Propuesta que ofrecía
trasladar a 600 mil pasajeros al aeropuerto de El Altet y, además,
crear seiscientos puestos más de trabajo a partir del mes de abril.
El ofrecimiento, como era de esperar, obedecía a la ajada situación
de embarque y desembarque, a pie, de los pasajeros en todos sus
vuelos de la compañía. Es decir, caminar por la pista hasta llegar
al avión. No obstante, la compañía irlandesa, decidió esperar la
respuesta y extendió el plazo hasta alcanzar el lunes, 26 de
noviembre de 2012. No obstante, el portavoz de la aerolínea Stephen
McNamara siempre ha mantenido que su compañía volvería a crecer en
Alicante si se le permitiera realizar el tránsito de pasajeros por
la pista.
Dicho
esto, encima, hay que añadir que los empresarios de la comunidad, a
través de la Junta Directiva de la Confederación de Organizaciones
Empresariales de la Comunitat Valenciana (CIERVAL), han apremiado a
los Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA) que pacte una
salida coherente al contencioso que mantiene en El Altet con la
compañía RYANAIR para que beneficie a los sectores productivos de
la ciudad. Además, la patronal hotelera HOSBEC, también ha señalado
al Ente Público, que ejerza una mayor flexibilidad a la hora de
cerrar el acuerdo.
Pues
bien, visto lo visto, es evidente que ha de nacer la impertinente
incógnita conocida como ¿por qué? Pregunta que nos lleva a
formular lo siguiente: ¿realmente la actual posición del aeropuerto
se puede permitir en un momento en el que se necesita generar empleo?
O ¿a quién beneficia si AENA dice no a Ryanair? Las respuestas
pueden ser muy claras porque los beneficios se derivarán, como en
otras ocasiones, hasta el aeropuerto sin aviones de Castellón. De
hecho, el Consejero de Cultura y Turismo de Murcia Pedro Alberto
Cruz, afirmó que “acogería de manera entusiasta” la llegada de
vuelos de Ryanair en el aeropuerto, aún sin terminar, de Corvesa.
Caso que la aerolínea irlandesa no lograra alcanzar ningún acuerdo
con la dirección del aeropuerto de Alicante.
Otra
hipótesis beneficiosa la podemos hallar, de nuevo, en el aeródromo
de Castellón que se encuentra gestionado desde los fondos de las
arcas públicas. Cajón que sufraga un coste anual calculado entre
los 6 y 8 millones de euros, a pesar, de que aún no ha puesto no se
ha puesto en marcha. Como se puede apreciar, ambas soluciones, dejan
a la provincia y a la ciudad con 56 vuelos o conexiones
internacionales menos. Así, como los vuelos (Low Cost) nacionales
que también quedan desfavorecidos. En conclusión, menos turismo,
menos empleo y menos ingresos para una ciudad como Alicante que goza
de un gran privilegio en el seno de la Valenciana Comunitat.
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