lunes, junio 2

III REPUBLICA

Los antecedentes hay que buscarlos en Alfonso XIII de Borbón, llamado el Africano (Madrid, 17 de mayo de 1886 – Roma, 28 de febrero de 1941), fue rey de España desde su nacimiento hasta la proclamación de la II República el 14 de abril de 1931. Asumió el poder a los 16 años de edad, el 17 de mayo de 1902. Bajo Alfonso XIII, España llega a ser nación industrial, alcanza el mayor nivel de población desde época romana, retorna a adornar el mundo de la cultura, que casi había abandonado desde que con tanto esplendor brilló en el siglo XVI, vuelve a plena participación en la política internacional durante la guerra europea y al abrirse la cuestión de Marruecos; reconquista espiritualmente la América que había descubierto, poblado, civilizado y perdido, y, por último, ve grandes problemas sociales y nacionales surgir en su vida interior y estimular su pensamiento político.

Los síntomas son bastante similares a cuando abdico su familiar en el 31, crisis y el problema catalán. Aunque Urkullu quiera también sumar el problema Vasco. Y hoy 2 de junio de 2014 el rey Abdica oportunidad o momento. El rey aparte de los  de los actos oficiales que exigen de la presencia del jefe del Estado, el artículo 62 de la Constitución Española regula las funciones que competen en exclusiva al Monarca. Éstos son: — Sancionar y promulgar las leyes — Convocar y disolver las Cortes Generales y convocar elecciones en los términos previstos en la Constitución. — Convocar a referéndum en los casos previstos en la Constitución. — Proponer el candidato a Presidente del Gobierno y, en su caso, nombrarlo, así como poner fin a sus funciones en los términos previstos en la Constitución. — Nombrar y separar a los miembros del Gobierno, a propuesta de su Presidente. — Expedir los decretos acordados en el Consejo de Ministros, conferir los empleos civiles y militares y conceder honores y distinciones con arreglo a las leyes. — Ser informado de los asuntos de Estado y presidir, a estos efectos, las sesiones del Consejo de Ministros, cuando lo estime oportuno, a petición del Presidente del Gobierno. — El mando supremo de las Fuerzas Armadas. — Ejercer el derecho de gracia con arreglo a la ley, que no podrá autorizar indultos generales. — El Alto Patronazgo de las Reales Academias. También las funciones que le confiere el artículo 63 corresponden únicamente al Rey. Éstas son: — El Rey acredita a los embajadores y otros representantes diplomáticos. Los representantes extranjeros en España están acreditados ante él. — Al Rey corresponde manifestar el consentimiento del Estado para obligarse internacionalmente por medio de tratados, de conformidad con la Constitución y las leyes. — Al Rey corresponde, previa autorización de las Cortes Generales, declarar la guerra y hacer la paz.

Que dicen los expertos pues estos convergen en señalar la Corona como una institución "obsoleta, anacrónica", un freno para la consecución de una democracia plena que elige desde un alcalde hasta el jefe del Estado, pero que ha sabido adaptarse a los tiempos sin cometer "demasiados errores". "Sí hay un sector que se considera republicano, pero los datos nos indican que la Monarquía está bien considerada". Ander Gurrutxaga, catedrático de Sociología de la Universidad del País Vasco, presenta como prueba el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). En su barómetro de noviembre de 2010, un mayoritario 54,1% apostaba por reformar la Constitución, pero de ellos sólo un 3,4% se inclinaba por cambiar "la Monarquía como forma de gobierno". El porcentaje ha oscilado desde diciembre de 2000 (1,9%), con una tendencia creciente, aunque aún minoritaria: 2,5% en diciembre de 2005 y 6,5%, su techo, en noviembre de 2008. En el último sondeo del organismo público, la Casa del Rey figuraba como segunda institución mejor valorada (5,36), detrás del Ejército y lejos de los partidos (2,88). En noviembre de 2008 obtuvo un 5,54 -entre los de 18 a 24 años, un escaso 4,93-. Y, en octubre de 2006, un grado de confianza global del 5,19, frente al 4,77 que le daban los más jóvenes.

Las fisuras podrían venir, para algunos analistas, en el País Vasco y Catalunya, las autonomías menos apegadas al rey. Otros, sin embargo, entienden que en ambos territorios prima el eje nacionalista, no el antimonárquico. En España, la república es patrimonio de la izquierda, aunque sectores de la ultraderecha también la reclamen. Es producto del pasado. Y de la izquierda tendría que venir la Tercera. Josep Fontana, catedrático emérito de Historia Económica de la Pompeu Fabra, aconseja no perderse con las musas: "Hay que hablar de un programa reformista avanzado, que suscite una ilusión como la de 1931. Entonces, la Monarquía aparecería como lo que es: un montaje ceremonial de la más completa inutilidad, que podría liquidarse con un ERE y unas pocas jubilaciones anticipadas.

Bibliografía de fuentes:  Constitución española, CIS, Historia de España, público.es, Internet.

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