Estos días no he podido
evitar la tentación de leer, escuchar e incluso de comentar con los
amigos la comisión de investigación de la cam. Y para poder
entender lo que allí sucedió os recomiendo que veaís en Internet
esta escena maestra del cine que nos puede dar a entender un poco,
que sucedió allí ( http://www.youtube.com/watch?v=-lPZhdOLBTc ). La
mujer que al final abre la puerta, en sentido figurado, es el Banco
de España, el resto ya lo conocen ustedes. ¿Que le hizo abrir la
puerta?, pues la sospecha de los nuevos administradores del balance
de resultados del primer trimestre de ese año, con unas ganancias de
39 millones de euros. Ese balance no estaba auditado, como tampoco el
correspondiente al segundo trimestre. A día de hoy sabemos que la
deuda era millonaria.
Eso si ninguno, ni
presidente, ni ex-vicepresidentes de la entidad, se enteraban de
nada, eso dicen en la mencionada comisión. ¿Cómo es posible que
pudieran cobrar hasta 300.000 euros por presidir sociedades
participadas? (son cantidades que seguramente ningún Alicantino
tendremos nunca en nuestras manos, salvo que nos toque un día todos
los juegos de azar juntos) por estar sordos, ciegos o mudos. Lo más
curioso es que tampoco se acuerdan de haber aprobado esta cantidad en
consejo alguno...es decir que vienen a insinuar que se falsificaron
actas, consejos...es como si hubiesen perdido la memoria. Incluso
están abriendo nuevos precedentes dentro del derecho español, ser
miembro de un consejo de administración es equivalente a no tener
responsabilidad civil, penal , mercantil...
Volvamos al camarote,
¿era el ex-director general quien dejaba entrar todos estos negocios
ruinosos en la cam?...Recordemos que la antesala de la intervención,
López Abad y otros cuatro altos ejecutivos se aseguraron un dorado
retiro con elevadas pre-jubilaciones (12,8 millones de euros en
total). La sucesora de López Abad, la empleada María Dolores
Amorós, no quiso ser menos y se puso un sueldo de 600.000 euros al
año y una pensión vitalicia de 370.000. Todo ello sin contar con el
visto bueno de los órganos de la entidad (eso dicen ahora), pero si
con el beneplácito del entonces presidente de la caja, Modesto
Crespo, más ocupado en atender las urgencias de su mentor, Francisco
Camps, que de los requerimientos del Banco de España. El resto de
miembros del consejo cuentan ahora que se mantuvieron pasivos, porque
los informes técnicos eran favorables. Esperemos que el expediente
abierto por parte del Banco de España a 47 consejeros y directivos
de la entidad resuelva esta incógnita, recordemos que podría
suponerles multas de hasta 800.000 euros, a cada uno.
Los Alicantinos no
podremos olvidar que estos consejeros y sus directivos, con su
gestión, han hecho desaparecer parte de nuestra historia. Porque,
quién sufre estos desmanes, son los más débiles, aquellos pequeños
ahorradores, que les aconsejaron en su oficina, que cambiaran su plan
de pensiones, o sus ahorros, por participaciones preferentes y otros
productos "tóxicos" de la entidad . En plena crisis
económica no podrán olvidarles nunca.
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